Capítulo 29.
Con pasos desordenados y somnolientos fueron a la cama del omega, Jaehyun se encontraba en el medio de esta rodeado de almohadas.
—Tengo que sacarlas —dijo Jimin tallándose los ojos, el sueño lo estaba venciendo.
—Si... si quieres puedo hacerlo —se ofreció Jungkook, notaba al omega muy cansado como para moverse de más.
—Puedo hacerlo, pero si tu quieres no te detengo.
Jeon rió en voz baja y acomodó las almohadas. Luego Park acomodó bien a Jaehyun y se acostó, Jungkook seguía parado en medio de la oscuridad.
—¿No te vas a acostar?
—¿En serio te sientes cómodo con esto?
—No contestes una pregunta con otra pregunta.
Jungkook suspiró.
—Solo quiero saber si quieres esto, sé que solo vamos a dormir, pero necesito saber si te sientes cómodo con mi presencia tan cerca.
Jimin lo miró por un momento, ese alfa se preocupaba por él, en serio se preocupaba porque se sintiera cómodo.
—Estoy bien con esto, Jungkook. No me siento en confianza con los alfas, por el momento no me he cruzado a otro, pero tú eres diferente. Contigo estoy bien, si sigo teniendo algunos momentos donde quiero correr, pero recuerdo que eres tú y se me pasa, contigo estoy en paz, me siento bien. Sé que es un paso algo grande, pero si estoy seguro.
El alfa solo pudo asentir.
—¿Vas a dormir así? —preguntó Jimin, haciendo referencia a la notoria ropa incómoda.
Jungkook no había pensado en su vestimenta hasta ahora. No le molestaba dormir así, al fin y al cabo no es la primera vez que duerme con un traje puesto.
—No creo que tengas ropa de mi talla, así que no es molestia dormir así.
Hubo un breve silencio donde solo se escuchaba la respiración pesada del bebé que estaba en la cama.
—Puedes... pu-puedes dormir en ropa interior si quieres —dijo el omega con mejillas rojas que Jungkook no podía ver en la oscuridad.
Bueno, ese era un súper gran paso. Los ojos del mayor se abrieron con asombro por un momento, no esperaba que el castaño le planteara eso.
—N-No creo que sea cómodo para ti, Jim. Puedo dormir así, tranquilo.
—Tengo que superarlo —susurró. No sabe bien si hacía referencia a estar cerca de un alfa de esa manera o a su ex novio.
Jungkook lo miró en la oscuridad, podía notar su cabeza gacha y, aunque no lo viera del todo, sabía que estaba perdido en sus pensamientos.
—¿Jimin?
—¿Mm?
—¿Quieres dormir conmigo o quieres probarte que puedes estar cerca de un alfa sin sentir miedo?
La pregunta lo tomó por sorpresa. Jimin quedó sin habla, no sabía que responder. No era eso, lo sabía, pero de igual manera pensó en la posibilidad, Jungkook era la opción perfecta para superar sus miedos, pero no era por eso que quería que durmiera con él. Park se sentía seguro y el alfa le daba esa seguridad, el menor solo quería sentir que alguien lo protegiera.
—Yo... Yo quiero dormir contigo, Jungkook. No quiero probar nada, solo quiero sentir que alguien me quiere, solo quiero sentir que tú me quieres —dijo en voz baja.
Si, tenía muchas cosas que trabajar y muchas cosas por superar, pero solo quería ser querido, solo quería dormir sin pensar en lo que se sentiría tener a alguien a tu lado que te quiera, solo quería dormir sin pensar en Jihoon, solo quería dormir sin pensar en que nadie lo quería. Solo quería paz.
—Jim...
Jungkook se sentó a un lado de Jimin y atrajo su cabeza a su pecho. Acomodó su mentón en su cabello y luego dejó besitos en él.
—A veces quiero que pare —dijo bajo, frotando su nariz en el pecho del alfa.
—¿Qué cosa quieres que pare, amor?
—Los recuerdos, el dolor, las ganas de llorar.
A Jungkook se le estrujó el corazón al escuchar eso, no sabía por lo que pasó, no sabía nada sobre aquel chico en su pecho. Y joder quería saberlo, quería averiguarlo, quería saber cada puto detalle de su vida, quería ayudarlo, quería tratar de arreglarlo porque, vamos, es un chico de ni siquiera diecinueve años que pasa por muchas cosas y no tiene más que a su pequeño cachorro. Jeon quiere ayudarlo, quiere estar para él cuando su mundo se venga abajo, de alguna manera el rizado quiere ser parte de su vida y su alfa también, los dos quieren tratar de ayudar.
—¿Quieres hablar sobre ello? —preguntó.
Jimin se debatía todo, ¿debía contarle? ¿debía abrirse a él? ¿quería hablar? ¿qué tenía que decirle exactamente? No sabía que responder. Pero se le ocurrió que podrían jugar a un estúpido juego para saber algo del otro, de todas maneras el menor no conocía mucho a Jungkook y aún así ahí estaban, acostados en una misma cama.
—¿Tienes frío? No estás tapado, te vas a enfermar así —dijo Jimin con el ceño fruncido al notar que Jungkook tenía aún sus zapatos y una parte de sus piernas estaban afuera de la cama.
—No tanto.
—Sácate los zapatos y tápate, no quiero que pesques un resfriado.
Jeon rodó los ojos, aunque sabía que no lo podía ver, y con una sonrisa se los sacó y se acostó. Al principio Jimin no sabía si podía poner su cabeza en el pecho del alfa o no y se encontraban en un momento incómodo donde no sabían que hacer.
—Puedes... Puedes acostarte en mi pecho si lo prefieres, no hay problema —dijo el rizado al ver que el castaño no sacaba su mirada de este.
Jimin con timidez se recostó en él y Jungkook le preguntó si podía poner su mano en la cintura del menor a lo que este respondió que si.
Así que ahora se encontraban en silencio, con la respiración de Jaehyun en un costado, cuando se estuvieran por dormir lo pasarían al medio.
—¿Jugamos un juego? —preguntó la dulce voz del omega. Si, Jungkook pensó en otras cosas, algo que tan rápido como vino se sacó de la cabeza. Jesús, como puede pensar eso.
—¿Qué juego, Jim?
—Te quiero conocer más, así que estaba pensando en preguntas. Tú me preguntas algo y yo contesto y viceversa.
—Está bien, juguemos.
—¿Color favorito?
La idea de Jimin era empezar por preguntas básicas o sin sentido y luego, cuando entraran más en confianza, ir a algunas más personales.
—Pues... —el mayor pensaba en el violeta pastel, la verdad era uno de sus colores favoritos, sin embargo no sabía si decirlo, no eran "colores para alfa"—. ¿Si digo violeta pastel queda muy raro? —preguntó con algo de inseguridad en su voz.
Jimin levantó la cabeza del pecho del alfa para mirarlo.
—No, claro que no, ¿por qué sería raro? —dijo con el ceño fruncido.
—Bueno, lo que pasa es que no son "colores para alfa" —dijo haciendo comillas con su mano libre—. Sé que estamos en pleno siglo XXI, pero las personas me siguen mirando mal cuando se los digo.
—Yo creo que no hay colores para alfa u omega, solo son colores. Así que si a ti te gusta está perfecto, anotaré en mi mente que te gusta el violeta pastel.
Jungkook le sonrió al omega, agradeciendo que no le haya dicho que es raro. El pensaba igual que el omega, pero no todos lo hacían.
—¿Comida favorita? —preguntó Jeon.
—Diría que las hamburguesas, pero la pasta del otro día se convirtió en mi favorita y no es broma. Te quedó buenísima.
El alfa se sonrojó por el cumplido y le volvió a sonreír al omega.
—Gracias, podría volverles a hacer pasta, si tú quieres obviamente.
Jimin le sonrió.
—Claro que quiero, a tus pastas no puedo decirle que no. Ven todas las veces que quieras a cocinarnos pasta.
—¿O sea que solo por las pastas me quieres aquí?
—Mmm... si.
Jungkook hizo un puchero y Jimin quería besarlo, claro que quería y su omega también, pero trató de controlarse.
—Es broma, tonto, puedes venir cuando quieras. Estaríamos encantados de tenerte aquí.
Su sonrisa con hoyuelos regresó a su rostro.
—Bueno vendré más seguido entonces.
—Sigamos con las preguntas. ¿Por qué viniste a Seul?
Jungkook suspiró antes de responder.
—Mi padre pensó que sería buena idea que manejara la empresa aquí en Seul, así él la manejaba desde Busan. Así que bueno, no hay mucha historia de fondo.
—¿Tú estabas de acuerdo con venir? ¿Querías venir?
—A decir verdad no, pero no tenía opción, tenía que hacer lo que me pedían. No me agradaba la idea de venir, en Busan tengo a mis amigos y toda mi vida.
—¿Ahora te gusta estar aquí?
—Si. No es lo mismo, pero me estoy adaptando, tengo algo así como una amiga y, bueno, conocí un omega que me agrada.
Jimin volvió a recostarse en su pecho. Pensó en quien podía ser esa omega, pensó en que seguramente era hermosa, como todas. Pensó en que seguramente su cuerpo era perfecto, pensó en sus labios rojos y el perfecto maquillaje que seguro llevaba encima. Todas las omegas ahí afuera eran hermosas y no culparía a Jungkook de fijarse en ellas, todas eran más hermosas que él. Se sintió estúpido, estúpido por hacerle caso a su omega y creer que un alfa podía fijarse en él. Se sentía estúpido por pensar que un alfa como Jeon se fijaría en un omega como él.
—¿Jim?
—¿Es linda? —preguntó el omega de la nada, sus pensamientos lo estaban envolviendo y esa pregunta era efecto de ello.
Jungkook frunció el ceño sin entender la pregunta.
—¿Quién es linda, Jimin?
—La omega, la omega que conociste. ¿Es linda? —dijo en un susurro.
Jeon está seguro que hizo referencia a Jimin, que era notorio que el "un omega" se dio a entender perfecto.
—Si, es lindo. Muy lindo —dijo inclinando un poco su cabeza para ver al castaño, quien estaba mirando un punto fijo de quien sabe donde.
Oh, era un omega hombre. Bueno, vio a demasiados omegas hombres lindos, con cuerpos tallados a mano, con rostros dulces y con aromas exquisitos. Seguramente el omega era hermoso y el menor quería llorar, y su omega también.
—Oh...
Es todo lo que pudo decir.
El alfa se dio cuenta de que no había cazado la indirecta.
—Jim —llamó.
—¿Si?
—Ese omega eres tú, cariño.
Su corazón empezó a latir con fuerza y sus mejillas se pusieron rosadas. Jungkook pensaba que era lindo, le agradaba a él.
—¿Te agrado?
—Claro que sí, Jimin, ¿a quién no le agradarías? Eres demasiado adorable y amable.
—¿Te parezco lindo?
El mayor no sabía si decir todo lo que podía aportar sobre la belleza de Jimin o callar.
—¿Qué si eres lindo? Cariño, eres de los omegas más hermosos que vi. Tus ojos, tu rostro, tu cuerpo, tu cabello, todo tú es hermoso.
El omega no sabía si quería besarlo o llorar. Escuchar de la boca de alguien que eres lindo era una caricia al alma, una caricia que Jimin no tenía hace mucho tiempo.
¿Qué si Jihoon le dijo que era lindo? Sí, lo hizo. Pero siempre veía la oportunidad de opinar sobre alguna parte de su cuerpo, siempre veía la oportunidad de compararlo con otros omegas y eso dolía, joder, si que dolía.
—Tú también eres lindo —dijo con timidez y mejillas calientes.
—¿En serio te parezco lindo?
—Sip. Es que Jungkook, vamos, pareces un mismísimo Dios griego.
El rizado sonrió, se sintió halagado, su ego estaba por las ramas. El omega más bonito le dijo que le parecía lindo, su estómago se revolvía, parecía un adolescente en secundaria.
—Gracias... Creo que me toca preguntar.
—Adelante, pregunta.
—¿Puedo ir al grano? Quiero saber toda tu historia.
Jimin tragó duro.
—¿Toda?
—Si.
¿Estaba preparado para esto? No lo sabe.
—Bue-Bueno, nací en Daegu y me crié allí. Mis padres me tuvieron por accidente y mi padre no quería hijos, así que era algo así como un fastidio para él, mi madre era dulce, pero nunca contradecía a mi padre. Él podía hacer cualquier cosa, bueno o malo, mi madre nunca le diría nada. Supieron que iba a ser omega cuando tenía unos cinco años, mi madre estaba contenta, pero mi padre solo se enojó, me gritó y puedo llegar a recordar golpes, me recordó hasta el hartazgo que los omegas hombres solo servían para estar en la cocina y complacer a sus alfas. Se empeñaron en enseñarme a hacer todo lo que debía a temprana edad. Mi padre tuvo esperanza de que fuera alfa, pero obviamente no fue así, cuando oficialmente me presenté mi padre no podía aguantar la decepción, así que me echó de la casa.
Jungkook escuchaba atento, haciendo dulces toques en la cintura del omega, alentándolo a seguir. Su infancia no fue buena y eso lo ponía mal, quería abrazarlo.
—¿Tú madre no hizo nada?
—No. Pude ver lágrimas en sus ojos, pero nunca se atrevería a contradecir algo.
—Cariño, lo lamento tanto.
—Tranquilo, amor, ya pasó —dijo despreocupado.
Jeon sonrió y Jimin se avergonzó al instante de como lo llamó.
—Lo siento.
—Tranquilo, Jim, no me molesta que me llames así. Te dije que me gustaba.
Las mejillas del castaño seguían calientes.
—¿Qué hay del padre de Jae?
El cuerpo de Jimin se tensó y Jungkook lo sintió. El castaño respiró hondo, no estaba listo de hablar de él, no sabe si lo estará.
—¿Puedo hablarte de él otro día? Por favor. —dijo casi suplicando.
—Claro, cariño. No te quería presionar a hablar, lo siento si te sentiste así, no fue mi intención. En serio lo lamento.
—Está bien, Jungkook.
—Lo siento —se volvió a disculpar.
Jimin levantó la cabeza del pecho del rizado nuevamente y le dio un beso en la mejilla.
—Está bien, amor —dijo a centímetros de él.
Sus ojos se conectaron y así se quedaron, mirándose el uno al otro. Los ojos del mayor viajaban a los labios de Jimin, joder, eran una tentación. Sus respiraciones se mezclaban, no sabían que hacer.
El omega del menor quería que lo bese y el alfa del rizado también, sin embargo, ninguno hacía nada. Los ojos de Jimin también se desviaban a los labios de Jungkook, la tensión crecía y ninguno sabía que hacer.
—Jungkook creo que...
—Quiero besarte —confesó el rizado.
La respiración de Jimin se cortó, no sabía si estaba muerto o vivo.
—Jungkook en serio...
—¿Jim, puedo besarte?
Su pecho subía y bajaba de forma rápida, su corazón se saldría en cualquier momento. No sabía que hacer, ¿quería que Jungkook lo besara? Si, él y su omega lo querían. ¿Estaba preparado? No lo sabe.
—Y-Yo no sé que decir.
—¿Puedo besarte, cariño?
La mente del omega era un caos, un caos en el que no quería pensar, un caos que no quería resolver ahora. Así que no pensó, no pensó y se dejó llevar por el momento, se dejó llevar por lo que sentía, se dejó llevar por su omega.
Dejó de pensar y lo besó.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro